Observo la palidez de tu cara
y un cúmulo de sensaciones y recuerdos
se agolpan en mi pecho; pero ... no quiero llorar,
no quiero perturbar tu descanso.
Fuiste una buena esposa,
una madre abnegada y protectora
una hermana cariñosa,
y una tía comprometida con todos tus sobrinos.
Hoy siento un gran dolor
al comprobar que todo lo bueno que sembraste,
no fuiste consciente de que también lo recogiste,
por causa de esa dura enfermedad, en la cual
pasaste de ser protectora a protegida,
de abrazar a ser abrazada,
de los mimos de tus hijos, de las atenciones de tu nuera,
del las caricias de tus nietos...
tu mente no podía discernir entre lo bueno
o menos bueno.
Sentíamos que estabas entre nosotros
pero que no estabas con nosotros.
Ahora, al ver la placidez de tu rostro
comprendo que tu cansado corazón
necesitaba descansar.
Y TE DIGO QUE SIEMPRE SEGUIRÁS ESTANDO CON NOSOTROS
Adiós tía Guiler, adiós.
Hola:
ResponderEliminarEs muy triste perder a un ser querido, pero la pena se soporta cuando se tienen tantos recuerdos que se plasman, como en este caso, en un bello poema de despedida.
Un abrazo.
Gracias por tus palabras Rafael; Ciertamente es triste ver como la generación que nos precede nos va dejando, y aunque son los ciclos de la vida resulta difícil aceptarlos. Me quedo con la tranquilidad de pensar que ahora si esta descansando. Un saludo
ResponderEliminarHermana es un bonito y delicado recuerdo, pero no deja de ser una triste despedida a la mujer activa, temperamental y entregada que fue.
ResponderEliminarTú y yo sabemos que al igual que todos los que la precedieron, siguen estando presentes en nuestro recuerdo y nuestras oraciones.
D.E.P.
Loli