Es cierto. Somos tantos de familia que es muy dificil que nos encontremos todos en una COMIDA FAMILIAR, aunque el hecho de hacer dos, siempre da más opciones de que nos encontremos, por lo menos en una de ellas.
Yo también me alegro mucho de que cada año se sume alguien. Este año la sorpresa nos la dió Matilde, que espero repita, y el próximo año ¿quién nos sorprenderá? ¿Alex? ¿Sofía? ¿Mario? ¡incógnita! el tiempo lo dirá.
Claro que...Hermida quedamos pocos, y los únicos que pueden trasmitir el apellido como primero es Milucho, y los nietos de Vicente y Patrocinio, pero esperemos que el ejemplo cunda, y las nuevas generaciones que ya participan y se lo pasan pipa, sigan lo que es ya una tradición. Aunque el Hermida siga como 2º apellido o se pierda, no dejaran de ser ramas de un mismo árbol.
Con este encuentro familiar damos por terminados las vacaciones y el verano, y ello me trae el recuerdo de esta poesía:
EL VERANO SE FUE
El verano se fue, gastado y triste,
por donde el sol se hunde sobre el mar,
como un pañuelo usado está la playa
sin gente, en pleamar, en bajamar.
Huyeron todos, y en la playa quedan,
como en libro que nadie leerá,
rotos amores, risas, languideces
que las olas mañana llevarán.
El latido, el desdén de aquel deseo
que con el agua iba más allá
en turbulencia loca, o el anillo
que se perdió y que nadie encontrará.
Sobre el dorado suave de la arena
sueños de espuma, amores de cristal,
un edificio de agua que en un beso
se rompe y desvanece en sol y sal.
Un año y otro el mar acepta y borra
que la vida es así, que viene y va,
y volverá a escribir sobre la arena
su canción de agua amarga y de coral.
Esta playa de otoño, tan benigna,
casi sin sol, dorada, tan en paz,
va arratrando el juguete e los sueños
de los que ayer vinieron, y hoy se van.
sin
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